Encanto

Te encuentras ante la fotografía titulada Encanto, tomada por Simona Renda el 9 de julio de 2021 en Vigo. La autora es Personal Docente e Investigador de la Universidad de Zaragoza. La fotografía está tomada en formato horizontal.

En una calle de cualquier ciudad europea, llena de comercios, coches y edificios, un encuentro entre dos personajes retrata el encanto de las pequeñas cosas y la mirada inocente hacia nuestros compañeros de sociedad.

Imagina una calle de una ciudad española en el año 2021. La pandemia sigue haciendo sus estragos y esto se materializa en una calle con pocos peatones, todavía con sus mascarillas. Al fondo, los coches blancos y negros se agolpan detenidos en una rotonda llena de vegetación fabricada y fuentes geométricas.  Los balcones, hace unos meses lugar de encuentro entre vecinos, están vacíos.

Pero algo llama nuestra atención. La calle, de adoquines cuadrados y circulares, enmarca nuestra acción. Sentada a la derecha de la composición, en la marquesina del bazar de artículos de diseño Flying tiger, una mujer, encogida de piernas, estira su brazo, provisto de un vaso de plástico. Como el contenedor de reciclaje de pilas que tiene enfrente, espera pacientemente la caridad y el buen hacer de la población. La temperatura del suelo le hace colocar su mochila como asiento y bajarse la mascarilla para respirar el poco aire fresco que le llega.

Pero el momento se ve interrumpido, de repente, por miles de pompas de jabón. Miles de bolas perfectas que se levantan y flotan por el aire y que hacen que nuestra protagonista levante los ojos. No debe buscar muy lejos, puesto que una niña, con un vestido negro con lunares de colores, gira justo enfrente de ella, creando esta estampa de inocencia entre la naturaleza muerta de la ciudad.

Otra mujer se encuentra cerca de la niña, a la izquierda de la composición y tras un tronco, que la cubre parcialmente. Está de espaldas y habla por el móvil, sin mucho interés por la escena que ocurre detrás. Pero el encuentro entre la niña y la mujer en el suelo ya se ha producido. La niña ve a la mujer sentada. Y la mujer ve a la niña.

Y la niña y el aire se llenan de pompas. Y la mujer sonríe y parece coger con su vaso algunas de las suaves e ingrávidas pompas. Y por fin se sienten vistas. La mirada consciente del reconocimiento que va más allá del olvido.

Bajo la imagen se encuentra un breve texto en el que la autora expone el significado de esta fotografía. Se lee lo siguiente:

No existe diversidad ni distancia a los ojos de un niño. Sentada en el suelo, la mujer observa la niña en silencio y, por un momento, su mirada se suaviza al seguir las burbujas que suben y desaparecen. En ese breve intercambio, el juego inocente parece llenar el espacio de algo más cálido, un momento compartido sin palabras, donde la ternura rompe la rutina del olvido.